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20/08/2020

Chau bicho: Prácticas y experiencias de salud mental comunitaria en el marco del covid-19

Chau bicho: trama y entramado grupal como estructura y red de cuidado y apoyo. Centro Cultural Comunitario Camino Abierto Salud Mental-Hospital Zonal Bariloche, Río Negro, Argentina.

Historización y contexto: La experiencia que vamos a presentar es un grupo de WhatsApp llamado “Chau bicho” , instrumentado desde el comienzo de la pandemia de Covid-19 por la interrupción del normal desarrollo del dispositivo de atención. Dicha experiencia de cuidado y apoyo en Salud Mental Comunitaria se realiza en el marco institucional del Centro Cultural Camino Abierto. El Mismo es una estructura intermedia dependiente del Servicio de Salud Mental del Hospital Zonal Ramón Carrillo, de la ciudad de San Carlos de Bariloche, Provincia de Río Negro, Argentina.

Ésta no es una mera referencialidad geográfica, sino que dicha práctica se inscribe en una política de Estado desmanicomializadora de la Provincia. La misma es pionera en los procesos de desinstitucionalización, habiendo promulgado en el año 1991, la Ley 2440 de “Promoción sanitaria y social de las personas que padecen sufrimiento mental”.

Dicha Ley es precedida por un proceso de reforma que comenzó en 1984 en la atención en Salud Mental y, devino en 1988 en el cierre de los hospitales monovalentes de la provincia, la internación de los cuadros agudos en Hospitales Generales y la creación de dispositivos de atención comunitaria en cada localidad. Este dato no es menor dada la situación a nivel nacional respecto de la Ley 26.657 y, el incumplimiento de cierre y reconversión de las instituciones monovalentes.

Si bien en la práctica cotidiana de los servicios siguen en pugna los dos modelos de atención, creemos que el Centro Cultural Camino Abierto, con muchas dificultades, desde hace 12 años se basa en un modelo de atención comunitaria con perspectiva de derechos humanos. Su modo de hacer efectivo dicho modelo y perspectiva se traduce en un espacio físico fuera del edificio hospitalario y ubicado en una zona céntrica, pintado con murales y producciones artísticas de las personas usuarias. Es decir, una espacialidad subjetivada, una estética no sanitaria. Allí trabajan operadores de salud mental incluida su coordinadora, 1 mucama, 12 talleres artístico-culturales que se desarrollan de lunes a sábado y 1 empresa social textil llamada “Maquinando”. Una vez por semana asisten una psicóloga y una psiquiatra. Les talleristas son gestionados anualmente por la coordinación: reciben becas municipales o provinciales. Solo 3 talleristas somos contratados de un programa del Ministerio de Cultura de la Provincia.

Experiencia: Como sostiene uno de los mentores de la reforma rionegrina, José Schiappa Pietra, la mayor tarea de la Salud Mental Comunitaria es combatir la marginalidad que genera la locura a través de nuevas técnicas, prácticas y dispositivos que fomenten la inclusión social de les usuaries. Dicha tarea de inclusión nos propone que se haga mediante abordajes integrales que dieron en llamarse “tratamientos en la vida cotidiana”, atendiendo tanto lo subjetivo como lo social. El tránsito por situaciones extra-sanitarias le permite a la persona usuaria, no que aprenda un oficio o se entretenga, sino que se integre a la dinámica social.
Para la inclusión social de las personas con padecimiento mental se requiere de técnicas y recursos innovadores, aunque no sean considerados por los profesionales como su formación técnica específica, ni de la cultura sanitaria tradicional.

Otro marco conceptual en que inscribimos la experiencia de Chau bicho es el pichoniano. Tomamos el trabajo grupal por su capacidad creadora y productiva. Lo que surge como producción colectiva no podría hacerse individualmente. Pensar, sentir y producir con otres como modo del protagonismo enlazado. Como productor de lazos intersubjetivos y comunitarios. Como modo de adquirir o rehabilitar competencias sociales.
Así concebimos al grupo Chau bicho como espacio que aloja y que construye trama grupal sobre la trama ya existente. El grupo de WhatsApp es la resignificación de dicha trama. Hay un grupo preexistente, que tiene mutua representación interna de sus miembros, que se sabe y se siente grupo. Hay un encuadre y una modalidad de trabajo en los talleres de Camino Abierto, que los integrantes de Chau bicho conocen y practican desde hace años. Eso permitió que el grupo fluyera rápidamente. En él, les talleristas mandan consignas de trabajo de su taller.

Es decir, hay consignas formales de trabajo y otras que van surgiendo del trabajo con el emergente cotidiano. Si bien les trabajadores vamos guiando ciertos devenires, regulando algunos intercambios, el grupo funciona de modo horizontal donde cada cual propone y enuncia lo suyo. Hay muchos rituales de saludo y despedida en la mañana y la noche respectivamente. Los intercambios amorosos priman y los apoyos solidarios ante las dificultades de les compañeres. Surgen muchos diálogos cotidianos de qué comemos/cocinamos, de allí la proliferación de recetas y fotos de comidas. Compartimos juegos, chistes y canciones. Reforzamos la pertenencia y ciertos roles que cada participante tiene adjudicado con anterioridad: les cantores, les cocineres, les que cuentan chistes, les creatives, les musicales.

Hay un intercambio sobre los cuidados ante el virus y las distintas reglamentaciones/normativas que fueron surgiendo respecto de la cuarentena. También se charla sobre el clima ya que es época de nevadas y sobre los transportes que ahora son un problema en nuestra ciudad.
Festejamos cumpleaños y comentamos efemérides y noticias. Como en el cotidiano del Centro Cultural se comparte grupalmente distintas actividades y estares. Zonas de producción/creación, zonas de entretenimiento, espacios relacionales, vida cotidiana. En el grupo de WhatsApp como en el centro cultural se plantean necesidades, sentimientos y preguntas (durante muchos años hubo un grupo terapéutico y, actualmente, hay un grupo de cuidados y Asambleas comunitarias regulares).

En la escucha de las necesidades del otre deviene la red. Las redes al interior del grupo y las redes de trabajo que tiene el dispositivo para con otras instituciones y organizaciones de la comunidad. Frente al aislamiento histórico fruto del estigma social y al coyuntural de la pandemia, Chau bicho se ofrece como morada, zona para habitar y ampararnos. Les compañeres son recurso de apoyo y sostén, no solo les trabajadores. El grupo se ofrece como un lugar subjetivo y subjetivante, que aloja particularidades.

Chau bicho es un modo actual de tratamiento en la vida cotidiana, el grupo actúa como sostén de identidad y reforzando la pertenencia. El lazo es el objetivo, la motivación y la metodología de Chau bicho. Trabajamos por y desde el Lazo.

Facilitadora: Gabriela Casal ([email protected]). Tallerista del Programa Usinas Culturales Río Negro, Taller de expresión y creatividad en el Centro Cultural Comunitario Camino Abierto. Operadora de Salud Mental.

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